IMPACTO EMOCIONAL DE LA DISLEXIA
La dislexia deja una huella significativa en la vida emocional del niño. Desde los primeros años escolares, cuando los libros empiezan a desempeñar un papel dominante y las palabras se convierten en la puerta de entrada al conocimiento, los niños con dislexia se sienten atrapados en un desconcertante laberinto de letras y palabras. Los compañeros avanzan con facilidad, tienen dificultad para leer oraciones simples, este esfuerzo constante pasa desapercibido, día a día el niño comienza a compararse con los demás, se siente inadecuado por alguna razón que no comprende, no piensa. Es en estos momentos cuando las semillas de la inseguridad y el miedo al fracaso comienzan a echar raíces en tu corazón.
El impacto emocional de la dislexia puede ser devastador. La frustración de no poder cumplir con las expectativas académicas de ellos mismos y de sus padres y maestros puede hacer que un niño se sienta inferior, como si su valor se basara únicamente en su capacidad para leer y escribir. Cada comentario negativo, cada mirada de desaprobación que estás haciendo. menos, menos inteligentes o menos capaces que otros. Inspira confianza.
Esta lucha interna a menudo conduce a una baja autoestima. El niño disléxico comienza a evitar situaciones en las que se le pide que lea o escriba en voz alta delante de otros por miedo al ridículo o la vergüenza. La escuela puede ser un lugar de crecimiento y descubrimiento. La escuela será un campo de batalla con la ansiedad y el miedo al rechazo como constantes compañeros. La dislexia no solo afecta su rendimiento académico, sino que también puede alterar la forma en que el niño se percibe a sí mismo. Puede comenzar a creer que sus dificultades definen quién es, que sus limitaciones son un reflejo de su valor personal. Esta percepción distorsionada puede llevar a la retirada social, a la pérdida de la curiosidad natural y al desarrollo de una actitud defensiva o apática hacia el aprendizaje.
Es crucial que los adultos en la vida del niño —padres, maestros y cuidadores— comprendan este impacto emocional. Con el apoyo adecuado, es posible contrarrestar los efectos negativos de la dislexia en la autoestima del niño. Palabras de aliento, el reconocimiento de sus esfuerzos, y la creación de un entorno de aprendizaje comprensivo y sin juicio pueden hacer una gran diferencia. Es vital recordarle al niño que sus dificultades con la lectura no definen su inteligencia ni su potencial, que su valor va mucho más allá de sus habilidades académicas.
Al fortalecer su autoestima, el niño puede aprender a ver la dislexia no como una barrera insuperable, sino como una parte de su vida que, con esfuerzo y apoyo, puede manejar y superar. Con una autoestima robusta, estará mejor preparado para enfrentar los desafíos que la vida le presente, con la confianza de que es capaz de lograr grandes cosas, a pesar de las dificultades.
Díaz Salazar, L. G., & Ruiz Díaz, J. C. (2012). Evaluación de la dislexia en adultos: Un enfoque integral. Revista Latinoamericana de Investigación en Lectura y Escritura, 3(2), 45-61. https://latam.redilat.org/index.php/lt/article/view/2012
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